lunes, 4 de agosto de 2014

Un viaje lleno de contrastes

Reconozco que cuando contaba a la gente cercana la experiencia misionera a la selva que iba a tener este verano gracias a la Orden de predicadores y a Selvas Amazónicas, despertaba una cierta curiosidad en ellos que les hacía siempre preguntarme el  ¿para qué? de mi experiencia.
Yo para ahorrarme sermones, les explicaba de forma reducionista que me iba a “abrir mente” y a conocer más en profundidad esa realidad  sobre la cual tengo la suerte de hacer la comunicación y el marketing en España.
La primera etapa del viaje fue Madrid-Miami. Al ver que tenía 10 horas de estancia para tomar mi siguiente vuelo a Lima, decidí salir a conocer Miami.
Gracias a la ayuda generosa de un empleado de allí, que me explicó todo a la perfección, me dirigía a South Beach en el autobús de línea para pasar el rato y ver que se “cocía” por allí.
Aunque ya iba con “mentalidad misión”, he de reconocer que comencé a sentir una cierta seducción por el ambiente que me encontraba… gente en las barras de las piscinas de los hoteles con salida directa a la playa, música en directo, tiendas de todas las firmas, gente paseando, bikinis, terracitas, ambiente playero, anuncios espectaculares… en definitiva un mundo exterior y seductor que llamaba la atención a una parte que también soy.
Efectivamente estaba abriendo mente en esa mini estancia por Miami, con un ambiente nuevo que estaba experimentando en ese paseo.
14 horas después de ese flash “american way of life”  me encontraba en Lima con mis compis Patricia y Carmen en una humilde casa dónde descansaríamos antes de nuestra marcha a Cuzco.
Los bikinis desaparecieron, la gente guapa playera también, los anuncios espectaculares y los grandes escaparates se esfumaron…, y la sencillez y austeridad comenzaban a reinar todo lo que veía.
Después de un día genial de encuentro, risas y paseos  por Lima, recordé una frase del Quijote: “La libertad Sancho, es el don más preciado que se regaló a la humanidad”. Libertad no para hacer, sino para elegir hacia dónde quieres abrir tu mente y ensanchar tu alma con el tiempo que se te ha regalado.
Al día siguiente salimos para Cuzco para tomar luego una combi hacia Shintuya. Cuanto más nos alejábamos más austeridad y gente sencilla nos encontrábamos…predisponiendo a mi mente y alma abrirse a nuevos horizontes.
“La libertad Sancho, es el don más preciado que se regaló a la humanidad”.

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